Los Wizards están en su mejor momento del curso con Satoransky en el quinteto y Beal como claro referente. Los números dejan mal a Wall.
Los Wizards están jugando con solo un miembro, Bradley Beal, del que debería haber sido su quinteto tipo esta temporada: está ya fuera de juego John Wall, también están lesionado Markieff Morris y Dwight Howard y Otto Porter ejerce por ahora de sexto hombre tras otro paso por la enfermería. Junto a Beal forman Tomas Satoransky, Jeff Green, Trevor Ariza y Thomas Bryant, un pivot al que draftearon y después no renovaron los Lakers.
Los Wizards, que estuvieron 2-9 y de los que solo esperábamos a que Scott Brooks cayera del árbol de puro maduro, están 18-25. Y como el Este es tan barato, tienen el acceso a playoffs a solo dos triunfos. Desde que la baja de John Wall se confirmó como definitiva, el equipo está 5-3. Y ha ganado tres de los cuatro últimos ante, ojo, Thunder, Sixers y Bucks.
Son los Wizards del «todo el mundo come» que patentó Beal, en el que Satoransky ejerce de playmaker de perfil bajo y el escolta de estrella omnipresente. El primero firmó un triple-doble ante los Bucks, el segundo está en su mejor nivel de nuevo. Son los Wizards que pasan mucho más, se mueven mucho mejor, parecen felices jugando y defienden al menos con cierta dignidad. Son un equipo muy distinto al del último John Wall, del que es tan cierto que estaba jugando lesionado como que tiene 28 años, se le acumulan los problemas físicos en le currículum y tiene un contrato mastodóntico: la próxima temporada empieza una extensión de 38,1, 41,2, 44,2 y 47,3 en las cuatro siguientes. En el verano de 2023 tendrá 32 años.
La cuestión es, ¿son mejores realmente los Wizards sin un base que fue all star cinco años seguidos entre 2014 y 2018? Cuesta afirmar algo así y la temporada pasada fue engañosa para ese debate: Wall se perdió la mitad, 41 partidos, y el equipo firmó un 23-18 sin él y un 20-21 con él… pero su net rating fue 5,7 puntos porcentuales mejor con él en pista. Un salto muy importante. Pero esta temporada los números empiezan a ser, y los reúne el periodista Fred Katz, mucho más significativos: los Wizards tienen una diferencia de ratings ligeramente positiva (+0,5) sin él y tenían un -6×100 con él. El salto de más de 6 puntos porcentales equivaldría a colocar a los Wizards octavos de la NBA en ese significativo apartado que compara eficiencias defensiva y ofensiva.
Desde el citado 2-9 los Wizards han jugado 32 partidos en los que su net rating ha sido 11,8 puntos mejor sin Wall que con él. Y donde más se nota es en la defensa, donde el rating es 5 puntos mejor sin el base: desde que no está los Wizard ocupan el puesto 17, cerca de la media y una mejora notable para una defensa que era una de las peores de toda la NBA. Eso dicen los números, las sensaciones también transmiten algo parecido a la vista. Así que por ahora, y con más fundamento que hace un año, los Wizards podrían haber encontrado su camino en el todos comen. Con Satoransky sudando, Beal al frente… y sin John Wall.