El base se ha ganado un puesto en los Wizards hasta final de temporada. En su Rock Island tiene una hamburguesa basada en él: The Chasson.
En octubre de 2017, el Real Madrid fichó a Chasson Randle como solución de emergencia para el puesto de base después de un verano en el había perdido a Sergio Llull por su grave lesión de rodilla durante la preparación del Eurobasket 2017 con la Selección. Venía de pasar de puntillas por los Sixers y los Knicks en una temporada 2016-17 en la que peleó por un lugar en la NBA tras cuatro años en Stanford que no le valieron un lugar en el draft de 2015 y una temporada en la República Checa.
En Madrid Randle no brilló, ni siquiera se asentó en la rotación. En ACB promedió 4,7 puntos y 3,1 de valoración, con solo 12 minutos en pista en 23 partidos. En la Euroliga, sin problemas de pasaportes, jugó otros 23 partidos en los que sus medias fueron de 2,6 puntos y 1,7 de valoración. No jugó en la Final Four ni en los dos últimos partidos de cuartos ante el Panathinaikos.
Este verano (tiene ahora 25 años), el eléctrico base de 1,88 apostó fuerte por la NBA y se enroló en los Wizards, donde firmó, fue cortado y volvió a firmar. Tras la lesión de John Wall, se ganó un hueco en una rotación de emergencia de un equipo lleno de bajas… que esta semana le ha garantizado su contrato hasta final de temporada. Está jugando más de 16 minutos por noche (un ex del Barcelona, Satoransky, es el base titular) y promedia más de 7 puntos con un 44% en triples. Cobrará más de 860.000 dólares y será agente libre restringido el próximo verano, con una qualifying offer de 1,8 millones de dólares. Ahora, en declaraciones a The Athletic, reconoce que está donde quería estar aunque guarda muy buen recuerdo de Madrid: “En el Real Madrid estaba en una gran situación, gané la Euroliga y me divertí muchísimo… pero al mismo tiempo sabía dónde estaban mi corazón y mi cabeza”.
Scott Brooks, su entrenador, valora su entrega en todos sus minutos, en el vestuario está perfectamente integrado y desde luego está aprovechando la que por ahora es su gran oportunidad en la NBA: “Es cierto que he dormido muy bien al saber que mi contrato quedaba garantizado… pero también que en realidad no estaba dejando que todo eso me afectara demasiado. Intento hacer las cosas bien y estar en la mejor situación posible”.
El artículo de The Athletic también cuenta que Randle es una personalidad en su localidad natal, Rock Island (Illinois). Allí se siguen sus pasos con atención y allí un amigo de su padre creó en su restaurante (Pee Wee) una hamburguesa en su honor. Se llama The Chasson y es casi del tamaño de una canasta, con jalapeños, tomate, huevo frito, patatas fritas por encima.