Harden se quedó a un punto del récord del MSG, pero batió el suyo. Su exhibición y el final de Gordon valieron para que los Rockets ganaran.

Que no haya un día sin una exhibición de James Harden. Pero si encima presupones que el barbudo de Houston Rockets tiene marcado en el calendario partidos como éste, en lugares donde sabe que hace más historia, vas incluso sobre aviso.

El Madison Square Garden, el pabellón más icónico de la NBA, estuvo a punto de ver caer el récord de anotación de un jugador en un partido allí desde 1968, momento del último cambio de emplazamiento del recinto deportivo más importante de Nueva York. Lo de a punto es literal, ya que sólo le faltó un punto para romper la mejor marca: seguirá, por ahora, en poder de Carmelo Anthony (62 ante los Bobcats en 2014).

Daba igual quién le defendiera: Frank Ntilikina, Kevin Knox… Y eso que los Knicks comenzaron mejor el partido. Durante buena parte del segundo cuarto dominaronpor diez puntos, con Hardaway (21) y Trier (31+10) como anotadores principales.

El tercer cuarto, ya con muchos tantos reflejados en el marcador, Harden se puso las botas. Acobardó incluso a su rival, que se quedó en 15 puntos anotados en ese parcial y vio cómo un único jugador era capaz de remontarles e incluso sacar ventaja a todo su plantel. Penetración tras penetración, sacándola fuera si no lo veía claro, jugando mucho con el cambio de mano y el rectificado para dejar las bandejas: classic Harden, pero esta vez con extra de acierto. Green o Faried se beneficiaban del torbellino. Mike D’Antoni, pese a tener que exprimir al máximo la rotación (de casi siete, con un octavo -Gary Clark- jugando sólo nueve minutos), sonreía en la que fue su casa.

Aunque en toda exhibición de este tipo siempre suele haber algún punto negativo. En este caso, Harden está aparte. Houston estuvo a punto de tirar a la basura el partido, con jugadas ridículas (como un saque de fondo regalado a falta de un minuto), salvando Eric Gordon (20 puntos) el mismo para los visitantes con un triple tras bloqueo cuando quedaban 10 segundos de encuentro y con un robo cuando quedaban 5.

Harden vuelve a dominar la estadística. Es el primer jugador desde que Shaquille O’Neal lo hiciera en 2000 que consigue 60 puntos y 15 rebotes en un partido, y el primero también pero de toda la historia de la NBA en intentar 20 tiros de tres y 20 tiros libres en un encuentro. El no va más es que ha promediado 52,2 puntos en las cinco últimas noches sin recibir siquiera una solitaria asistencia.

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