El base francés jugó por primera vez en el AT&T Center como visitante tras 17 temporadas vistiendo la camiseta de la franquicia texana.
Noche especial en AT&T Center de San Antonio: Tony Parker regresaba a casa por primera vez como rival. El francés es historia pura en Texas. Máximo asistente en la historia de la franquicia (6.829 pases), durante 17 temporadas enamoró a los aficionados spurs y escribió junto a Manu Ginóbili y Tim Duncan las páginas más gloriosas del equipo con cuatro anillos. Los tres conformaron en el mejor big threede siempre en la NBA: 701 victorias totales, muy lejos del segundo (540 de Larry Bird, Kevin McHale y Robert Parish). En playoffs, Ginóbili forma junto a Tony Parker la pareja con más triunfos (132). Pero es que la segunda es Duncan-Parker (131) y la tercera Duncan-Ginóbili (126). Por detrás Kobe Bryant y Derek Fisher y Michael Jordan y Scottie Pippen.
Parker fue el último de los tres en irse. Cambió San Antonio por Charlotte en busca de sus últimos bailes. «Realmente no me tomaron en serie cuando dije que me iba a ir. Creyeron que no me iba a mover. Pensaron que sería como Manu y que simplemente me quedaría», dijo el francés a la ESPN. El base firmó este verano por dos temporadas y diez millones con los Hornets: «Solo quería hacer algo diferente, experimentar algo nuevo. He estado con los Spurs durante mucho tiempo. Quería ver otra cosa, ir a la Costa Este y hacer otra cosa en la NBA. Logré todo lo que quería con los Spurs. Han sido increíbles para mí, pero sentí que era hora de ir en otra dirección», continuó horas antes de que su equipo asaltara Texas (93-108) con un brillante Kemba Walker (33).
Ovación en honor de Parker
La ovación del pabellón cuando salió a 4:50 para acabar el primer cuarto fue atronadora. Aunque la previa fue también magnífica, con un vídeo de dos minutos sobre su carrera, incluida su selección con el 28 en el draft de 2001 y sus cuatro campeonatos. Tras esas imágenes, las camisetas retiradas de la franquicia aparecieron en los monitores, mostrando un espacio vacío para él. La multitud rugió: «¡Tony!, ¡Tony!, ¡Tony!». Parker finalizó el duelo con 8 puntos, 4 asistencias y 3 rebotes.
Al acabar el encuentro, llegó otro de los grandes momentos de la noche. Popovich, su único entrenador en la NBA hasta este curso, y él se fundieron en un cálido abrazo. «Fue duro (decirle a Pops que me iba). Con la voz temblorosa. Estaba como ‘sabes, papá, te amo’. Y siempre amaré a los Spurs», señaló. Fue el final más bonito. Parker es San Antonio y San Antonio es Parker.