Triunfo claro de unos Jazz sin bases que se ponen a un triunfo de los angelinos, que siguen recibiendo noticias confusas sobre LeBron James.
Los Lakers están en peligro, más después de perder en Salt Lake City (113-95) con mucha claridad ante unos Jazz que jugaban sin bases (lesionados Ricky Rubio, Exum y Neto) pero con su máxima intensidad defensiva y Donovan Mitchell como absoluto maestro de ceremonias. Los Jazz, que han estado muy mal pero que (como el año pasado) quieren esprintar en una segunda parte del curso con el calendario muy favorable, tenían que ganar este partido porque enfrentaba a octavo contra noveno del Oeste, ahora con solo un partido de diferencia (23-20 por 22-21).
Así que vienen curvas para los Lakers, castigados por las lesiones todo el año (esta vez sufrió un problema en la mano un Beasley que empezaba a ser importante desde el banquillo), por ninguna más que por la de LeBron James, que lleva ya nueve partidos fuera, la ausencia más larga de su carrera (3-6 ahora su equipo sin él) y con el que hay informaciones conflictivas. Los Lakers dijeron ayer que ya estaba subiendo el nivel en los entrenamientos, el periodista Brandon Robinson aseguró que en realidad podría estar de baja hasta más allá del All Star Weekend. Lo que es seguro es que no jugará salvo milagro contra Bulls y Cavs, dos partidos que los Lakers necesitan amarrar como sea en su pista. Todo lo dramáticos que pueden ser dos encuentros todavía en enero para un equipo que puede pagar caros sus patinazos ante los Knicks y los Kings, en la primera noche sin LeBron y cuando perdieron 15 puntos de ventaja en el último cuarto.Después de Bulls y Cavs, visitan a Thunder y Rockets y reciben a los Warriors. Así es el Oeste.
La posibilidad de no estar en playoffs es, por lo tanto, muy real. Un buen partido en casa de los Jazz habría cambiado al menos el ánimo, pero el resultado final demostró que era mucho toro, con Brandon Ingram (15 puntos, ninguna asistencia) de más a (mucho) menos, un arbitraje muy permisivo con los locales en la primera parte y un pésimo día en el tiro (5/27 en triples, 36%). La derrota se escenificó en seis minutos del segundo cuarto en el que los angelinos solo anotaron cuatro tiros libres y se pasó del 41-34 al 58-38. En el tercer cuarto Lonzo Ball dirigió una reacción que llegó hata un 79-68 y cuatro opciones de rebajar la barrera de los diez de desventaja. Todas se fueron al limbo y los Jazz pusieron la victoria a salvo en el inicio del último parcial.
Como base, Donovan Mitchell partió a su antojo la defensa de los Lakers, que en ningún momento estuvo a su nivel de anteriores partidos: 33 puntos y 9 asistencias con un 4/5 en triples y uno de los mates del año. El resto lo puso la carga del rebote de Gobert (12+18), Favors (15+13) y un Ingles que nunca había cogido 12 en toda su carrera NBA (14+12). Así, y a la espera de que las lesiones no les castiguen más, los Jazz vuelven a tener pinta de equipo de playoffs. Para ellos tienen que hacer alguna captura en un Oeste en el que apenas hay presas fáciles por encima de ellos. Ahora mismo, la más cercana y la más inestable estos Lakers pendientes de aquello de lo que nunca pensaban que podrían depender: una lesión larga de LeBron James.