Los Spurs ganaron a los Thunder tras una doble prórroga. No se anotaban tantos puntos desde 2006 y se batieron varios récords en un partido espectacular.
Si no es el partido del año poco le faltará. Impresionante espectáculo el que se vivió en San Antonio, con dos equipos jugando de poder a poder, dos de las grandes fuerzas actuales del Oeste. Los Thunder porque efectivamente lo son, y los Spurs porque se niegan a irse y llevan ya unas cuantas semanas a un nivel tremendo. Pero lo que pasó sobre la cancha no lo podía ver venir nadie.
Después de unos primeros minutos de dominio visitante, los Spurs empezaron a lanzar de tres como no se había visto nunca. Acabaron con un 10/10 en el descanso, algo que no había hecho nadie, y no fallaron ni un triple hasta el 15º lanzamiento (récord también). Acabaron con un 16/19, un 84,2% de acierto, el mejor de un equipo que haya intentado más de 15 triples en la historia.
El primer cuarto acabó 33-23 y, a partir de ahí, el encuentro se igualó hasta que en los minutos finales los Thunder lograron igualar el partido hasta llevarlo a la prórroga. Empató a falta de 5 segundo con un alley oop de Jeremy Grant (25+12 y 3 tapones) a pase de Russell Westbrook, en ese momento su 21ª asistencia del partido. El base acabó con 24 puntos, 13 rebotes y 24 asistencias, su récord de pases de canasta y el que más ha dado en un triple-doble junto a Magic Johnson y Isiah Thomas. Además, es el primer 24-24 desde que lo hiciese Magic en 1990.
En el tiempo extra los Spurs fueron mejores, pero los Thunder lograron forzar la segunda prórroga con dos canastas de Grant y Adamas en el último minuto tras sendas asistencias de Westbrook. El pívot de los Thunder (19+7) acabó con el tobillo lesionado pero jugó hasta el final y protagonizó un tiro libre muy peculiar con su equipo seis abajo en la segunda prórroga. Tiró a fallar tan bien que el balón le volvió a caer a las manos sin moverse y asistió inmediatamente a Paul George (30+8 y 3 robos) en el triple, aunque el alero no acertó con el tiro.
Pero si hay un nombre propio en este partido para la historia es el de LaMarcus Aldrige. El ala-pívot firmó 56 puntos, con 9 rebotes, 4 asistencias y 4 tapones. Es la mejor anotación de su carrera y la tercera mejor de la franquicia texana, por detrás de los 71 puntos de David Robinson en 1994 y los 63 de George Gervin en 1978. Pero ahí no queda la cosa. Lo hizo sin tirar un sólo triple, algo que no pasaba desde que Shaquille O’Neal metiese 61 el 6 de marzo de 2000. Aldrige es el quinto jugador en los últimos 20 años logra más 50 puntos sin anotar ni un triple. Y otro Spur del que hay que hablar es DeMar DeRozan, que sólo metió 16 puntos, pero que repartió 11 asistencias. Es su tercer partido de la temporada con más de 10 y hasta llegar a los Spurs lo había hecho otras tres veces en 675 partidos como profesional.
Todo esto y algunas cosas más, como que 13 jugadores acabaron en dobles figuras, se juntaron para acabar con el 154-147 en el marcador. O lo que es lo mismo: 301 puntos combinados. No se veía un marcador similar desde un Suns-Nets en 2006, en el que metieron 318. Y, por cierto, de paso Gregg Popivich dejó atrás a Jerry Sloan como el tercer entrenador con más victorias en la historia (1.222). Ya sólo tiene por delante a Lenny Wilkens (1.332 y Don Nelson (1.335).