El base sumó su 17º partido con 30 o más tantos, el primero en hacerlo desde Chamberlain en 1964. Los Rockets vencieron a unos Grizzlies en auténtica crisis.

El panorama era desolador en Houston: a las conocidas ausencias por lesión de Chris Paul (tendón de la corva) y Eric Gordon (rodilla) se sumó a horas de comenzar el partido contra Memphis la de Clint Capela (mano). Piezas claves del equipo que la pasada temporada estuvo a dos cuartos de acabar con la tiranía de Golden State Warriors en la NBA. Solo James Harden sobrevivía a la peor de las pesadillas para Mike D’Antoni. Y delante, un animal herido, unos Grizzlies que tras un inicio esperanzador de campaña (12-5) se han despeñado entre peleas internas y falta de puntos (27º peor equipo de la Liga con 104,3 en el rating ofensivo) para encontrarse en la penúltima posición de la Conferencia Oeste a 10,5 partidos ya de los Playoffs.

Un partido trampa que llegaba en back to back y tras la derrota de la pasada madrugada en Orlando, con el peor encuentro de siempre desde el triple de la mano de Harden: su 5,9% (1 de 17) es el más bajo en la historia con al menos 15 intentos. Pero el propio base se levantó del suelo para vencer solo a Memphis (112-94). Después del aviso de Florida, Harden se puso de nuevo el traje de MVP para realizar una asombrosa actuación. Anotó 57 puntos con una buena serie en el lanzamiento (17 de 33, 6 de 15 desde el triple). Es la 12ª vez en su carrera que supera la barrera de los 50 tantos, la tercera vez esta temporada, la 14ª con 40 o más este curso y la 8º en los últimos once partidos.

Récord de partidos con 30 o más puntos

Otra exhibición más a su cuenta que le permitió dar un paso más en la historia de la NBA. Es su 17º encuentro con 30 o más puntos, la racha más larga de siempre desde que Wilt Chamberlain alcanzara los 20 consecutivos en 1964. Por detrás se quedan los 16 duelos de Kobe Bryant en 2003. Un show que comenzó a la velocidad de la luz: en el primer cuarto ya sumaba 15 puntos y al descanso, 36. A la vuelta de los vestuarios sumó solo diez tantos y en el cuarto periodo anotó 11 más para ese 57 final, que se queda a tres puntos de su máxima (Orlando, enero de 2018) y de la temporada, en poder de Kemba Walker.

La actuación de Harden

«Orlando tuvo suerte», dijo Harden en referencia a la diferencia entre uno y otro partido. La distancia entre la derrota contra los Magic y una victoria que ya estaba certificada a cinco minutos del final cuando sacó un 3+1 y puso un insalvable 103-85 frente a los Grizzlies, que se desangraron con un mermado Marc Gasol (jugó con la mano entumecida durante los dos primeros cuartos). El pívot se quedó seco con solo 5 puntos, su segunda peor anotación en lo que llevamos de campaña. Ninguno de sus compañeros alcanzó los 15 y las pérdidas fuero un dolor de cabeza (24 por 13 de su rival). La temporada parece acabada para ellos, mientras que Harden baila a la espera de su segundo MVP. Parece difícil que alguien pueda robarle la corona.